viernes, 28 de septiembre de 2012

Entrada namber ten: Mi huequecito en el mundo


Casi una semanilla cumplo ya aquí, sin darme cuenta. Esto de no parar, hace que pase el tiempo volando!

Al fin tengo mi huequecito en el mundo: tengo mi habitación, con mi internet y mi ducha y mi cocina. No tengo todavía compañera de habitación, así que estos días me voy aclimatando a mi cuarto solita. No se está mal, pero será interesante tener a otra personilla pululando por aquí. De momento el cuarto no lo tengo muy decorado, he comprado miles de cosas para poner en las paredes, para hacer dibujos y pintar letras, pero aún no me he lanzado a hacerlo. Lo que sí que tengo es una matrícula de coche polaco, no pude resistirme a mi venilla síndrome-de-diogenera, y tuve que volver atrás unos cuantos pasos para volver a cogerla. Era una gran adquisición!

Estos días también nos hemos aficionado a un hábito muy poco sano, y es el de usurpar vasos de bares para formar nuestra propia vajilla. Es un poco cutrecillo, pero de dónde sacar si no vasos de medio litro de cerveza y vasitos de chupito. Vale, sí, en el supermercado hay, pero esto tiene su componente de riesgo y transgresión que lo hace más molongui.
Descifrando un mapa en Lazienki Park
Otra cosa curiosa que tiene mi sección de la residencia (compartimos cocina y baño entre dos habitaciones de dos personas)es que, aunque parece no haber nadie en el otro cuarto…los armarios de la cocina están repletos de comida y especias árabes!! No se si los anteriores inquilinos dejaron amablemente todas esas cosas para los siguientes, o si tienen intención de volver. Por mi, más que fenomenal, así además de inglés en Polonia, también puedo practicar árabe, quién me lo iba a decir. (había pensado apuntarme a clases para no perder lo aprendido…pero me parece que si estudio árabe en polaco, mi cerebro padecerá serios riesgos de sufrir un cortocircuito). Lo único que me sabe mal, es que como recibimiento, hay dos botellas de vodka y carnaca de cerdo en la nevera…ahí, tejiendo lazos con la comunidad musulmana! Ea, pero no lo se, a ver si vienen y conozco de dónde son exactamente y si son de esos que pese a ser musulmanes se ponen bolingas como los que más…o bien ni siquiera son musulmanes, que no hay que confundir términos!

En fin, estos días lo estoy pasando bomba. Siempre hay algo que hacer, y alguna curiosidad de algún país que conocer, contada por sus propios habitantes. Esta noche mismo, una chica taiwanesa va a preparar alitas de pollo con coca-cola! Cada conversación abre un mundo nuevo, acompañado de un precioso acento de algún lugar del planeta. Seguimos yendo muy a menudo al bar mleczny, pero a uno que nos queda más cerca de la universidad. Comer dos platos, pan y bebida por 2,5 euros tira mucho , mucho… Además, con lo estresada que soy yo con lo de la comida, así puedo comer bien variado y bien cocinado todo tipo de carnes, pescados, sopas… (definitivamente, las mejores son la de champiñones y la de tomate!) Cuando vengáis a visitarme (sé que lo haréis) os llevaré, sin ninguna duda!

Otra cosa recurrente aquí es el vodka. El más típico y bueno, es uno que tiene un búfalo en la etiqueta (está en la nevera…debería ir a mirar la marca para ser más precisa e informativa).
Ya está: Żubrówka. Sabe dulcecito y me hace mucha gracia porque lleva una hierbecita dentro.
Pałac na Wodzie  (Palacio sobre el agua)
El vodka aquí se bebe como agua, y de forma particular: primero el chupito y después otro vasito con zumo, para quitar el sabor. Es peligrosete, porque quita el mal sabor enseguida, y puede llevar a beber demasiado rápido…con todas las desgracias y calamidades que eso conlleva.
Por mi parte me tomo mis chupitillos, pero lo que de verdad me gusta es la cerveza (piwo, la primera palabra de los Erasmus aquí). Encontrar medio litro por un euro y algo, es indescriptible. A mí, que me pirran las tardes en los montaditos (sobre todo con mi super amiguchi A.), esto me parece el paraíso cervecil. Además, te la pueden servir con un sirope dulce güenísimo!

Para salir, por el momento hemos ido conociendo discotequillas, aunque lo que realmente, realmente me apetece es ir a pafetos de los que me gustan a mí, con musiquilla rockabilly, rock’n roll y algo de jazz (esto es al parecer el paraíso del jazz…así que habrá que ponerse al día!).
Una de las cosas buenas de esta ciudad es su transporte público, eficiente a mas no poder. Para una valenciana acostumbrada a convivir con un transporte precario, esto es la gloria. Autobuses en todas direcciones, tranvías, metro… Y por la noche, autobuses nocturnos que te dejan en la puerta de casa, y en los que puedes encontrarte parejas de abueletes a las 3.30 de la madrugada…(sigo preguntándome qué hacen los abuelos en esta ciudad para estar siempre, siempre en los autobuses a esas horas intempestivas. Proseguiré las indagaciones, iré informando).

Se me quedan algunas cosillas en el tintero, pero bueno, tiempo hay, así que ya iré contando más cosillas y curiosidades, que con estos polacos, hay para rato!!

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