Tres días…tres
días ya para llegar a Varsovia. Tres días para instalarme a unos 3000
kilómetros de casita. Menudos nervios…
Ayer me compré
(al fin) la maleta grande. Yo que estaba tan orgullosa de mi misma, por ir con tiempo…y ahora resulta que ya debería
tenerlo todo listo, metido en la maleta y a puntito para partir. Ayer mi
querida primilla R. casi me provoca un colapso mental al hacerme ver que no
tengo ni sitio para vivir, ni zlotys, ni móvil, ni secador… Va, Andrea,
respira, respira.
El episodio
de la maleta, la verdad es que tiene su cosa: el vendedor casi me pone un
monumento cuando le dije que me quería llevar la que elegí. Al parecer a todo
el mundo le parecía horrorosa y no sabían ya qué hacer con ella. En serio, se
le saltaron las lágrimas por deshacerse al fin de “La Invendible” .
Así que
finalmente tengo la mejor maleta del mundo mundial, con su estampado de vaca,
por un precio de risa.
Ahora, pues
falta llenarla. No sé por qué, pero tengo una querencia incontrolable hacia la
ropa de verano…ya veremos si allí el método cebolla es efectivo, o si todas mis
camisetas se quedan un añito entero guardadas.
Esto de los
preparativos, parece que no, pero es un agobio. Nervios, listas, cerebro
echando humo, cama llena de ropa, mentalización para el frío polar…
Por el
momento, la libreta de cocina marcha viento en popa. Mi amigulis A. me ha
regalado un libro de cocina buena que se convertirá en mi biblia…y mi prima T.
me ha recordado una receta que me encumbrará a lo más alto de los eventos
sociales. Solo falta saber si allí hay aceite decente y variedad de
verdurillas. Lo que sí que hay es cerdo, remolacha, y mucha, mucha sopa. Habrá
que hacerse también con la comida de allí, que no hay nada más lamentable que
un extranjero que se cierra en banda a su cultura y no aprende del país de
origen.
Hoy compraré
también bolsas para guardar los jerseys al vacío. Lo recomiendo, puedes guardar
muchas más cosas ocupando la mitad de espacio…de lo que no estoy ya tan segura
es en qué estado te encuentras las cosas después, pero bueno, yo llevaré cuanto
más, mejor, que en Wizzair (compañía low cost que SÍ EXISTE…ejem…) permiten 32
kg.
En fin,
voy a seguir haciendo listas y sofocándome
al ver todas las cosas que me faltan por comprar antes de ir!
pd. Ya le he hecho un parche al oso pardo tuerto. Pero aún no estoy segura si se vendrá el o mi querida aguilucha Lorenza.
Nunca he sido de peluches, pero ahora me está entrando la vena sensiblona. Esto de los viajes, que trastorna...
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