jueves, 29 de agosto de 2013





Punto y aparte.  (;


(ha sido alucinante, sois alucinantes)


Na razie !
¡Hasta la vista!
Au revoir!
See you soon!
Fins aviat
إلى اللقاء
Bis bald !
Uvidíme sa!
很快再见。
A presto !







martes, 18 de junio de 2013

Entrada namber forti for: Ayayay que esto se acaba....

 Cajas, bolsas, maletoncias rebosantes...
Ais, que se me saltan las lagrimoncias.
Es un poco la misma odisea que para venir, con sus papeleos y sus tetrix maleteros y sus listas de cosas por hacer...pero más morriñosa, aunque con unos cuantos amigos (pero de los güenos) más en los bolsillos.
Ratifico que las bolsas al vacío salvan vidas (jerseys y chaquetas reducidos a la mitad, señora!) y que por mucho que se intente evitar, al final de todo un año hay que mandar alguna caja de cachivaches por correo sí o sí (y más si se tienen ramalazos Diógenes como la pedorra de Z. o yo misma)
Especial mención tengo que hacer a M. y Z. que se están portando más que bien conmigo en mis quehaceres empaquetadores, ahora que ando algo perjudicada óseamente (ahora luego cuento el por qué...pero estaba claro que no me podía ir de Varsovia de una sola pieza...). ¡Ah! Y también a C. (alias B.S.) que aunque se escabulle de limpiar suelos, el otro día acometió la gran hazaña de preparar la cena (Ahora en serio, de verdad que me hizo ilusión).

Estos están siendo días de paseos y muchas despedidas...
El fin de semana pasado, la mejor compañera de cuarto del mundo mundial (la mía, A.) se fue de Varsovieta. El cuarto no es el mismo sin ella, ya no hay ruidos de dudosa procedencia, ni buenos días con un: fea-cochina-cerda-que-hueles-bien-feo... ni charretas multilingües...
Peeeero no pasa nada porque en nada me tiene en su casita parisina para pasear por el barrio latino y el Sacré Coeur ! Oui, oui, oui!
La despedida fue digna de comparar con una boda gitana: Empezamos la tarde en la playa del Vístula, con cartas moñis ( somos unas blandengues aunque vayamos de duras...) y atardeceres. Y luego, en honor al exquisito paladar francés de A., fuimos a cenar al Burger King. Y despues, pues ale a patear toooda Varsovia que hay noche por delante! Recorrimos todo el Stare Miasto y todo el Nowe Miasto y acabamos al borde del río (pero al otro lado, el de los pubs) cantando y bailando grandes éxitos de los 90... Ya de madrugada, un poco bailoteo de zumba en casa y al aeropuerto!
Siempre diremos que fue por las 24 horas que pasamos sin dormir, pero lloramos como magdalenas...
Para mi, ha sido una grandísima sorpresa (y gran suerte) haber hecho amigos tan tan amigos aquí, no solo compañeros de salir, sino amigos con los que pasar horas y horas hablando, amigos con los que vivir y convivir y sobre todo, con los que reír a carcajadas...
Y nada, A. se fue, pero sabemos que no ha sido un adios, sino un Au revoir! Eeeeeeh!

También L. se fue el martes pasado, y fuimos al restaurante checo U Szwejka de despedida. (sí, aquí las despedidas consisten básicamente en comer como cerdos). Parece que fue ayer cuando la conocí en el curso de polaco y empecé a conocer Eslovaquia más allá que por el nombre...

Y ayer también dijimos adios a M. (pero no por mucho tiempo eh!), tras un ultradesayuno en Charlotte, al que, curiosamente, nadie llegó tarde!
El día anterior, fue en su honor, así que planeamos cosas chachis: el desayuno, en un antiguo mercado restaurado (a lo modernuqui-ruinoso), en Ulica Koszykowa. Allí tienen una variedad enoooorme de frutas (para ser polonia...hay hasta alcachofas y cerezas, lo nunca visto) con muy buena pinta además, y hacen zumitos con millones de ingredientes. Un pelín eco-pijo, pero muy agradable el ambiente, y muy sano todo!
Después, picnic al borde del lago del parque Ujazdowski, con nuestro mantelito y todo. Mucho mejor el lago ahora que en invierno completamente helado (aunque también tenía su cosa entonces).
Y a las 16.00 a echarse al césped de nuevo para escuchar un concierto de Chopin en Łazienki Królewskie (lo hacen los domingos a las 12.00 y a las 16.00 ahora en la temporada de verano). Paseito por el parque, gofre, migas de pan a los peces y a casa!
Por la noche, hicimos la cena internacional más exitosa de todo el erasmus....y lo mejor es que fue totalmente improvisada! Un poco de ciervo a la turca por aquí, alitas de pollo taiwanesas por allá, hummus, crêpes... Nada que ver con los international dinners plagados de pasta con tomate o tortillas de patata. ¡Un 10, sí señor!

Estos días estamos comiendo como cerdos (sí, es lo habitual, pero ahora aún más) pero es que, che, hay que despedirse como toca polonia y de poder permitirse salir a comer bien por menos de 5 euros! Hoy mismo, hemos ido a un restaurante vegano (Vege miasto) donde hemos tomado crema de zanahoria y naranza y luego un plataco con hamburguesillas de tofu y espinacas y una ensaladita muy buena.
Como no, también hicimos la visita de rigor a un bar mleczny , donde pedimos, en polaco por supuesto (nos sabemos ya la carta de memoria), sopas pomidorowa y grzybowa , Gołąbki , Kluski śląskie ,y por supuesto, mi plato estrella: naleśniki z cukrem i serem. (crêpes con queso y azúcar).
También fuimos al vegetariano Beirut, a tomar hummus, que está en la calle Poznanska, que ahora que hace calorcete está llena de vida!
El jueves pasado fuimos por fin al piso 40 del Hotel Marriott: tomamos un tequila sunrise viendo toda la ciudad al atardecer. Precioso. Las vistas, infinitamente mejores que desde el Palac Kultury , básicamente porque desde el palacio no se ve el propio palacio....
Otro de los eventos de la semana fue la visita a un hospital polaco, que merece un episodio aparte.
Para quien me conoce, no es muy de extrañar, ya me he roto una cantidad importante de huesos de mi cuerpo fruto de mi patosismo... aunque esta vez fue bastante lamentable. Y es que, no hay nada más tonto que estar celebrando ir a comer a uno de tus sitios preferidos...que haya una piedra tras de ti y que te pegues una culada que tenga como resultado el cúbito roto, el escafoides en standby y el coxis pendiente de rayos-X... ¿Bonito eh?
Pues mejor aún es un hospital polaco.
Hay gente (y no exagero) que lleva meses aguantándose los dolores e hinchazones con tal de no pisar un hospital aquí. Después de nuestra visita (aprovecho para agradecer la infinita paciencia de M. soportando una mañana entera en un pasillo mugriento), reconozco que los recelos no son del todo infundados:
Por supuesto, la primera barrera con la que topamos fue la lingüística. Nadie-habla-inglés-ponte-a-hacer-cola-en-cada-ventanilla-para-que-te-reenvíen-a-otra....
Una vez encontrada la sección de traumatología, y más aún, la de urgencias de traumatología...entrada triunfal en un pasillo digno de película de terror (juro que no estoy añadiendo dramatismo, es así): enfermos postrados en camas de madera y tubos de metal abandonados en los pasillos, enfermeros desdentados gritando llevando a abuelos en sillas de ruedas (de espaldas) y chocando contra los bancos, viejecillas con vendajes mugrientos... Jerozolima el hospital abandonado es una casa de revista comparado con lo que vimos en el hospital.
Por suerte (pero mucha!) me tocó un médico que hablaba inglés y más o menos entendió que era la muñeca lo que me dolía. A todo esto, la consulta la pasaba en un cuarto con cables repelados en la pared y una señora echada en una camilla al lado examinada por otro médico....
Los rayos-X, totalmente eastern-style: una sala con las ventanas abiertas (qué radiaciones ni que narices, que entre aire) dando a la calle, con su mesita con tapete de ganchillo (lo juro!) y la enfermera enchufando la máquina a mi lado...
En fin, al final me fui a casa con una buena macro-escayola y un papelajo escrito en polaco/inglés para que lo descifren en españa.

Pero bueno, hospitales tenebrosos aparte, estos días también estamos descubriendo sitios nuevos (o yendo a sitios a los que llevo siglos diciendo de ir...ejem...ejem....)
La playa del vístula (el huequecito con arena que hay al lado del estadio) está genial por las tardes/noches para hacer barbacoas (aquí ni ley anti-incendios ni ocho cuartos) y beber cervecillas. Tiene hasta sus vendedores de cerveza-un-euro-amigo (bueno, 2 zl!).
En el barrio de Praga (que tiene am-bien-ta-zo ahora que no refresca tanto) hay muchos pubs de cerveceo muy agradables. El Centrum Kultury Koneser, en la antigua fábrica de wodka, es un buen buen sitio. Sobre todo desde que han trasladado ahí la discoteca Sen Pszczoły (el sitio anterior se quemó...o lo quemaron). La música es peeeerfecta: un poco de música de los 90 para empezar (pero de la buena) y luego remixes con drum n bass. En el top 10.
Además, acabo de enterarme de que van a cerrar Jerozolima! Así que en caso de volver de visitilla el año que viene, el Sen hay que tenerlo en cuenta! (al parecer ahora Jerozolima es un edificio digno de protección por ser histórico....)

Y Para rellenar un poco el cerebro (por mas que digan, durante el erasmus no se vacía, se rellena de otras experiencias y conocimentos diversos) fuimos también al museo del levantamiento. Para mí, ha sido la segunda vez, pero es tan denso que lo requiere. Siempre me llama la atención que los Aliados desdeñaran tanto a los pobres polacos levantándose contra los Alemanes, sin contar ni con ayuda ni con reconocimiento o que los uniformes del Ejército Territorial polaco eran o uniformes alemanes robados, o de cartero, o de policía, o de cualquier cosa similar a un uniforme...
Fuimos también al Soho, una antigua zona industrial remodelada con tiendecillas vintage y galerias de arte que tiene como objetivo revitalizar el barrio de Praga. Ahí está el museo del neón y hay unas hamacas muy cucas para balancearse.
Y hoy ¡Al fin! después de varios intentos fallidos....hemos entrado al Photoplastikon ! No entiendo por qué hay gente que dice que no merece la pena. Son solo 2 zl y se ven en 3dimensiones fotos antiguas de Varsovia. Es una máquina raruna, muy steampunk, con algo así como prismáticos desde los que ver las escenas. Es una de las pocas máquias que quedan en europa y la comparan siempre a una “ventana abierta al mundo” que tenían los varsovianos durante tiempos difíciles (que han sido muchos).

Y nada, ayer Z. y yo nos hicimos un piercing-souvenir de Varsovia , C. no pudo por motivos de pánico mayor (digno de ver). Nos quedamos con las ganas de tatuaje, pero vistas las condiciones sanitarias de los hospitales en polonia, nos da que cuanto más lejos de agujas y gasas mejor...

Poco más me queda, hoy he recorrido algunos de los sitios más emblemáticos de mi adorada ciudad, he hecho fotillos (a duras penas, con la mano buena) y sobre todo he guardado en la retina y neuronas los detalles que más me han gustado de todo este año aquí.
La próxima entrada (que esta ya dura kilómetros) ya será una clausura balance de todo, que hoy no me quiero poner moñas que aún sigo aquí (en mi cuarto de cama rota con mi brazo roto) y tengo que aprovechar.


Miłość !

lunes, 3 de junio de 2013

Entrada namber forti zrui: Museos nocturnos, conciertos y estudiele.

Jelouuus !

Al fin saco un ratillo para escribir tranquilamente, que se acumula la faena.
Por desgracia, esta vez la falta de tiempo no ha sido por viajes y más viajes, sino por algo un poco menos agradable: estudiaaar!
Que sí, que lo que aquí es estudiar en valencia es ir pasando los apuntes a limpio... pero que de veras que algo se hace. Es verdad que los trabajos que allí te devolverían con cara de desprecio, aquí te los aplauden y te dicen que son “realmente interesantes”... Pero ché, que sí, que algo se trabaja. Por lo menos las neuronas no mueren del todo, algo de actividad de tanto en tanto tienen.
El caso, que hoy he hecho un examen y he decidido tomarme una tarde de respiro, y hacer un poco de memoria para recordar las aventuras y desventuras de estos días.
Empezaré por el principio de los tiempos, que hay alguna que otra cosa que puede resultar interesante (o no):

El fin de semana pasado, fue la Noc Muzeów en Varsovia. Es una noche en la que todos los museos y galerías están abiertos...y lo mejor, son gratis! Esperaba una afluencia pobrecilla, con algún que otro hipster de postureo suelto y algún que otro abuelo con la tarde libre, pero qué va, las calles estaban abarrotadas de gente de un lado a otro, de museo en museo. (yo creo que cuando dices gratis, a la gente ya le da igual qué). En algunos , había hasta colas kilométricas para entrar.
Estaba bonita la universidad con sus luces de colores, sus globos, sus puestecitos de cerveza (eso que no falte)...
Nosotros, previa parada en Wedel a tomar un chocolatillo (merece la pena pasarse, tanto por el chocolate que está increíble como por el sitio, que te hace sentir muy High Class) fuimos primero a la Academia de Bellas Artes de la UW, donde los alumnos habían expuesto algunas obras. Tras entender al fin cómo se hace una serigrafía (sí, me ha costado años...) y comer unas cuantas galletitas saladas (¡Gratis!) vimos las obras de P. , que pinta con cera y otras cosas rarunas pero que tienen un resultado muy chachi.
Fuimos también al museo de la caricatura, muy cerquita de Nowy Świat (que ahora es una calle totalmente llena de vida y terracitas...no la calle fría deprimente que era durante el invierno). Allí hicimos un ultradescubrimiento: el artista gráfico polaco Lex Drewinski , cada uno de sus pósters son una delicia. Podéis ver algunos aquí.
Tuvimos también la oportunidad de ver el Museo Histórico de Varsovia (Muzeum Historycznem.st. Warszawy) antes de su clausura por restauración. Está justo en las casas de colores de la plaza principal de Stare Miasto (Rynek Starego Miasta), las que quedaron más o menos en pie tras la destrucción en 1944 de toda la zona vieja. Verlas por dentro es increíble, son enormes y están llenas de recovecos y escaleras tortuosas de madera. Además, desde las ventanas se ve desde lo alto la plaza, con sus terracitas iluminadas. ¡Molt bonic!

Oso arrepantingao'
Y el fin de semana siguiente, pues no pintaba nada del otro mundo, enclaustramiento estudiantil y alguna salidilla desestresante. Pero ¡Bam! mi querido A. tenía una entrada para el
concierto de Crystal Fighters debajo del brazo para mi ! No tuve mucho tiempo para mentalizarme, fue dicho y hecho y la tarde del sábado estabamos saltando sin parar al rítmo de sus canciones. No sabía que eran tan movidos en concierto. Acabé agotada, pero la sonrisa me duró toda la semana. Y después, pues a nuestra querida Jerozolima , que ya van siendo de las últimas noches que pasamos ahí (snif...snif...)
El domingo, desayuno en Charlotte (sin duda, uno de los mejores sitios de Varsovia, y al ladito de casa) y paseillos por Praga. (según la fea de A., su lugar preferido de la ciudad...). Es genial ver a los osos (osos de verdad, eh, como el Oso Yogi) desde la calle, levantarse para pedir comida a los que se paran a cotillear. Están ya mu enseñaos. Luego cervezuelas en W Oparach Absurdu (en una de las calles principales de Praga, con decoración raruna).

Y el siguiente fin de semana (sí, increíblemente ahora hasta podemos distinguir los días normales de la semana de los fines de semana...cosas de la temporada de exámenes) , cenorras de hamburguesa! El viernes en Barn Burguer (hacen ultra-hamburguesas bastante baratas) y el sábado barbacoa con todo el edificio en el restaurante de bajo de casa. Pendiente queda la barbacoa en la playa del Vístula. (¡menuda vidilla tienen ahora los bordes del río!)

Ah! Y estos días han sido también de innovaciones cocinetas: M. nos ha deleitado con sus muffins de mil sabores: plátano, huevo kinder, yogur, queso, salmón... ¡Ñam!
C. cocinó galletitas de jengibre buenísimas y T. unos rollitos de huevo y salchichas (según ella, muy Taiwanés...pero no se yo...no se yo...). Hicimos también una tarta de espinacas con salmón y queso (pedidme la receta, quedó increíble) y las tradicionales tortas de M. Y claro, tampoco han podido faltar mis purés (champiñones, verduras y pollo) y las cenas australianas de F.
¡Qué bien nos cuidamos!

He tenido también las últimas clases estas semanas (da penita y todo), algunas hasta interesantes. Criminología, por ejemplo, fue cuanto menos distinta: el profesor – algo así como un personaje de CSI Miami pero en polaco – nos hizo una presentación sobre un caso de asesinato y descuartizamiento. ¿Precioso eh? Yo me quité las gafas, y seguí la exposición cegata perdida, pero eso sí, ahorrándome las imágenes de película de terror.
Pani-cenusca en el piso!
En otras asignaturas, también estoy aprendiendo cosas: por ejemplo, en un trabajo para Derecho Civil aprendí que en Polonia, no existe el derecho a casarse para dos personas del mismo sexo, pero que, ahora bien, si una pareja hombre-mujer se casa, y luego uno se cambia de sexo, no dicen nada.
Es una pena que no se haya avanzado más en derechos para la comunidad de LGBT, y más ahora que una de las diputadas es transexual (la única diputada que lo ha declarado abiertamente en todo el mundo)... pero bueno, la religión tiene mucho peso en polonia y eso influye.
Ah, y no se si lo he dicho, pero tengo que volverlo a decir: ¡He terminado el trabajo sobre la Convención de Vienaaaaaaa ! ¡Al fin! Preguntadme lo que queráis sobre la notificación de defectos o no adecuación de los bienes a lo estipulado en el contrato,... preguntadme!

Por lo demás, sigo yendo al gimnasio (sí, sí...!) y cuestionándome por qué las monitoras sonríen cuando todos estamos sufriendo por los suelos. Bueno, todos no, que algunas abuelas de hierro resisten que no veas. En fin, al menos algo de polaco estoy aprendiendo, aunque sólo sean cosas como Trzy Kolana o w górę iw dół …
De verdad que el deporte es vital y necesario. ¡Sirve pa' to' ! ¿Agobio por los exámenes? ¡Pues al gimnasio! ¿Alguna preocupación? ¡Al gimnasio!

Ea, ese batiburrillo de cosas es el que me ha tenido entretenida estos días. Ahora, pues una semanilla más de estudiele y luego a aprovechar bien bien los últimos días aquí.
Estamos pensando en ir a Ucrania y tal vez volver a la playita de Gdansk... Iré informando!

Pocałunki!!

pd. el otro día en el autobús se subió una manada de nenes de guardería...y me miraron cual alienígena por mi piercing. Empezaron a darse codazos y señalarme, con la boca abierta y todo. Intenté reírme, pero la verdad es que me bajé en la parada más cercana roja de vergüenssssssa...

miércoles, 15 de mayo de 2013

Entrada namber forti chú: varsovietismos primaverales

Y de nuevo unos cuantos diillas de esparcimiento varsoviano, que después de todo un mes de no parar, ya tocaba.
Ahora que la temperatura no es de frigorífico (ya casi he olvidado el sufrimiento polar del invierno…qué rápido se olvida lo malo) y hace solete, es un gusto ir de acá para allá en nuestra querida ciudad.

El 1 de mayo, día Internacional de los Trabajadores, aprovechamos para ir al parque Łazienki, que según D. había un picnic multitudinario y se podía entrar gratis a  todos los edificios (La palabra gratis mueve montañas incluso aquí, donde a menudo se paga alrededor de un cochino euro para entrar a los sitios…). Y es que, además del día del trabajo, se celebraba también la entrada de Polonia en la Unión Europea…y eso, eso sí que mueve parné.
Finalmente, no hubo comilona gratis, como esperábamos, pero nos regalaron un donut típico polaco, un Pączek (y nosotras más contentas que unas castañuelas) y vimos un espectáculo de bailes regionales. Además, vimos al señor presidente de Polonia, Bronisław Komorowski, rodeado de sus correspondientes gorilas. A nosotras, forasteras, no es que nos diera demasiada emoción, pero bueno, siempre tiene su gracia ver a tamaño real a alguien que solo has visto en fotos (no es que sea una asidua lectora de prensa polaca y lo vea siempre  en las portadas de periódicos…pero al menos hice el esfuerzo de cotillear en wikipedia quién era el señor que manda en el país).
¡Ah! Y vimos los habituales pavos reales del parque, pero  con la cola desplegada!! Yo ya contaba con irme sin ver tal acontecimiento, pero se ve que por ser festivo, los pavos se pusieron rumbosos y nos regalaron ese espectáculo. Reconozco que al principio me pareció demasiada buena suerte y no pude evitar pensar que los habían drogado de alguna forma para que estuvieran así de espitosos,…pero no, es básicamente efecto de la primavera.
Al salir del parque, encontronazo con un buen grupo de nazis polacos. No había que entender demasiado la lengua para comprender el eslogan: Praca dla Polaków w Polsce.
Vamos, que prefirimos guardar silencio y no hablar en inglés mientras pasamos por su lado...
La verdad, es que los cabezas rapadas aquí en polonia son de nivel superior...si ya suelen dar miedo, aquí los 4x4 son para salir pitando.
En fin, una vez puestos pies en polvorosa, comimos en un bufet judío  en la calle Poznańska, una mina de restaurantes justo al lado de casa. Se llama Tel Aviv, la comida está requetebuena y sales con unos cuantos quilos de más con tanto hummus y tanto falafel…

Por otro lado, estos días, empiezan también las trágicas despedidas. No queremos ni oír hablar de que esto se acaba…pero la realidad es que ya hay gente que se va yendo. Mu triste, mu triste…
Celebramos la despedida del italiano Andrea (pongo el nombre entero porque siempre me ha hecho gracia que un nombre sea unisex, y porque es el mío, ea). Una barbacoa algo pasada por agua, pero respetable, y una bandera polaca con firmas y dedicatorias… y a echar unas cuantas lagrimejas. Ayayay…

Pero bueno, celebramos también el cumple de la argentino-mallorquina M. , a lo boda gitana, que dura varios días. Cenorra de las buenas, y como no, el tradicional pastel de chocolate que prepara C. (sabemos de qué C. se trata si hablamos de cocinar…) Guerra de chocolate (con algún que otro desperfecto que todavía es visible) regalitos, velitas… Una muy buena velada.
Y el día siguiente, merienda-cena de gala en nuestro amado Charlotte. (con tosta de jamón serrano del güeno y todo!) y paseo hasta la fuente de colores.
Los sábados y domingos, sobre las 21.30, hay espectáculo de luces y agua en la fuente de Nowe Miasto. La verdad, ahora que han dejado atrás la temática del Europeo de Fútbol, tiene su gracia.

Y el domingo, hay mercadito de fotografía en ul. Batorego 10. Fui con unas expectativas enormes, y fue una desilusión de las grandes. Cuatro camaruchas de mierda y dos o tres carretes… No recomiendo perder el tiempo yendo. Aunque, bueno, siempre se puede encontrar algo entre la basurilla.


¿Y qué más? Pues nada, que ya hay florecillas por todos los parques. Ha sido una explosión primaveral de una semana para otra… Es una lastima que ahora toque ponerse a estudiar, pero bueno hay tiempo para salir a dar una vueltecilla entre tanta verdura.
Descubrí el otro día el Parque Mokotów, y es una pasada: tiene trozos que parece un bosque, unos lagos enormes, césped por doquier para sentarse a leer…  Creo que he encontrado mi lugar para echar las tardes lectoras.
Otro descubrimiento, que en realidad es antiguo, pero lo he re-descubierto, es la cantina de mi facultad. Es cierto que en la cantina de arqueología hacen un falafel con arroz y ensalada alucinante, pero en esta, puedes tomar sopa y carne con patata hervida por 2,5 euros (10 PLN)
Es como un milkbar (cruz presidiendo las mesas incluída) pero un pelín menos cutre y con gente más joven…

El fin de semana, hubo bastante actividad. Primero, fue Juwenalia, que me recordó mucho al ambientillo de festival del Viña Rock (al que he faltado este año…snif…) , aunque infinitamente más light y en el recinto de la universidad. Tuvo su gracia, estar tomando cervecilla al ritmo de rap polaco por donde normalmente voy somnolienta a clase.
Pero lo mejor, fue ir a las tierras del pueblerino A. y hacer una barbacoa (con salchichas de patata desaparecidas) en el lago de Kortowo, al ladito de Olsztyn. Al parecer, es una práctica bastante habitual en ese campus la de hacer barbacoas echados en el césped. Nosotros aquí en Varsovia, pues nos tenemos que conformar con el río…
Pese a estar un poco pasada por agua, fue muy agradable. Fue una lástima no llegar a tiempo para hacer kayak por el lago!

Y el domingo, bazar de Koło.  Es el bazar que antes había en la zona del Nuevo Estadio Nacional y que exiliaron ahí. Sinceramente, a la gente le puede parecer cutre, pero a mí me parece que tiene muchísimo encanto. Se encuentra de todo: latas para guardar máscaras de gas, insignias, abalorios, muñecas descuartizadas… De to-do.
No hay que perder la ocasión de ir, prontito prontito, y hacerse con unas cuantas joyas imposibles de encontrar en ningún otro sitio…

En cuanto a comer, pues el imprescindible Zapiecek  con sus pirogis (nadie puede irse de Varsovia sin pisarlo!). Recomiendo los fritos (mejor que los hervidos, que al final son un poco sosainas) y a poder ser con salsa de queso. ¡ñam!
Tendré que aprender a hacerlos, porque me da que los voy a echar muchísimo de menos…!


En fin, así han transcurrido estos días urbanos…
Este fin de semana, estamos pensando hacer alguna escapadilla, pero el lugar aún está por determinar. Igual alquilamos un coche, pero pavor le tengo a perdernos por carreteras polacas con carteles indescifrables… SI en España ya soy capaz de ir horas en dirección contraria, ni imaginarme puedo lo que puede pasar aquí… Ja vorem
Lo que seguro, seguro haremos, será volver a Wedel,  a tomar chocolate del denso denso… y también subir al piso 40 del hotel marriot. El Fotoplastikon queda pendiente, y también el museo de la prisión o el museo histórico…
Uyuyuy se va acumulando la faena y queda poco tiempo que exprimir
¡Vamos a ello!

Do widzenia!

domingo, 5 de mayo de 2013

Entrada namber forti güan: Sissi XIV y culos de pollo en Budapest


Ay Budapest, Budapest…
¿Qué se podía esperar de un viaje a las tierras de una persona locuela y disparatada? Pues unas aventuras no menos rocambolescas…

Desembarcamos en el aeropuerto más allá de medianoche (esta vez, sin percances). Para variar no teníamos ni papa de buses nocturnos, y sí muchas ganas de llegar ya a nuestro destino, nos metimos las cinco en un pseudo-taxi  con un hombre que nos enseñó algunas palabrejas en húngaro. El polaco no es suficientemente complicado para nosotras, así que allá que nos lanzamos con una lengua aún más compleja si cabe!
Creo que nos quedamos con dos palabras, Köszönöm y egészségedre (gracias y ¡Salud! ...lo más primordial, vaya).
Llegamos a la calle....y para no variar con la tradición, pues tocó perdernos de nuevo. Pero no es nuestra culpa si les da por saltarse números y ponerlos desordenados! Finalmente, unas cuantas vueltas después y algún que otro grito desesperados... llegamos a la macromansión de la M. Redeu! Y nosotras nos creíamos en un palacete... Creo que me iré a vivir una temporada a Budapest sólo por tener un pisaco así (no exagero si digo que es más o menos el piso de mis sueños...eso sí...el mío estaría más limpio...ejem)
Y nada, reposar y al día siguiente a recorrer la ciudad de un extremo a otro.
La temperatura, más que veraniega (rozando los 30º !) nos acompañó durante todo el viaje. Fue tal el cambio para nuestras translúcidas pieles polacas...que tuvimos que bañarnos en crema solar para no acabar como gambones. Pero bueno, para variar las dos blancuchas europeas del grupo terminamos socarradas....
Para mí (y creo que para la mayoría de gente que visita Budapest) lo mejorcísimo son los bordes del Danubio…con sus paseos ribereños, sus puentes (menos el Erzsébet híd, que es muy feo), las vistas… ¡Una delicia!
No traicionaré a mi querido Vístula en Varsovia, que siempre va a estar en mi corazón, pero hay que reconocer que el Danubio se las trae..
El Szabadság Hid, (puente de la libertad) de color verde, es uno de los más bonitos. Fue el primero que vimos y cruzamos, hasta llegar al parque de la Citadella . Es una colinilla repleta de árboles y verde desde la que se disfrutan unas vistas alucinantes (Río y Parlamento incluídos).
Subimos también a la loma con el castillo y el Bastión de los Pescadores -que se llama así porque fueron pescadores los encargados de defender esa parte de la ciudad durante la Edad Media…no porque ahí tuviera lugar algo así como el Tribunal de las Aguas Húngaro, como intenté tramarme (pero resultó creíble). Es preciosa esa terraza con sus torres blancas…y más aún con los arboles en flor para rematar.
Y es que en esa ciudad, por cosas bonitas no será. Si no es el Mátyás-templom, con su tejado de colores, es la Szent István-bazilika o cualquiera de las catedrales y edificios con los que te puedes ir chocando… Otra vez entré en estado saturación de belleza.
Y parquecitos, también hay una buena colección (por qué no cogería Budapest de destino Erasmus che…) : la Isla Margarita es un parque-isla en medio del río (la hubiera disfrutado más si no hubiera sido por un percance intestinal provocado por un risotto pudento…), el Városliget, con sus edificios de imitación (una delicia para los turistas de “Yo y monumento”) y sus arbolillos y flores … Vamos, que la pobre A. se lo pasó bomba con su alergia al polen…
                Por supuesto, hicimos la visita de rigor a las Termas (Széchenyi): para variar, me había formado una imagen mental previa tan deslumbrante (con columnas infinitas y techos dorados…) que claro, un pelín me decepcionaron. Primero, por mi pequeña animadversión hacia los lugares con agua demasiado saturados…que me recuerdan a ollas exprés llenas de garbanzos flotando en un mar de crema solar… Y luego, porque dentro no es el estilo catedral gótica que esperaba. Peeero bueno, que estaban bien de todas formas. Da su gustito meterse en piscinas a 38º y sentir cómo vas entrando en ebullición. Para los amantes de las saunas, las había a 80º (creo que no estoy exagerando…literalmente la gente salía chamuscada). Yo hice la prueba de meterme en una, y nada más entrar mis gafas se empañaron a lo Betty la fea. Eso, sumado a un deshonroso tropezón, me acrecentó bastante mi ojeriza hacia las saunas.

                Algo que me encanto, fue la Ópera: tanto el edificio (Bien recargadito, con sus alfombras rojas y sus detalles dorados-rococó) como la obra que vimos, Tosca. Toda una experta en Puccini me estoy haciendo ya. (Creo yo que toca ya una etapa de ópera alemana)
Hasta prismáticos dorados y champagne en el entreacto. Musho nivé.

                Para comer, pues además del obligado Gulash (como en todos los países de la zona…pero esta vez en sopica) , tomamos Kürtöskalács (el típico rulo, o zurullo como dice C.)
Desaconsejo el risotto (por el incidente  previamente mencionado) y también hacerse la intrépida probando una tal sopa de manzana con nata.
Los helados en forma de flor están bien, y también las sopas para llevar ultrabaratas!
Ahora bien, si hay que quedarse con algo, me quedo con las ya mundialmente conocidas alitas de pollo con coca-cola made in T. (T. de Taiwan y de Tina).
Y es que de cenusca de cumple, pues no podía falta ese genialidoso plato. También tortilla de patatas (me sale con forma de tortilla y todo) y guacamoleee!

                Y sí, los 23 añacos, pues los cumplí en Budapest. Rodeada de unas locuelas de cuidado, con muchas, muchas risas y unos bailes de reggaetón que abochornarían a la propia vergüenza. Fue perfecto.
Sissí en su salsa.
Además, ese día conocí a mi inseparable Sissí, un peluche hecho a mi medida: rosa, con lacitos y tirabuzoncitos…lo peor es que le he acabado cogiendo cariño.

                En cuanto a pubs y baretos, la M. es toda una experta. A todas nos encantó Szimpla, una terracita decorada de forma muy curiosa, algo destartalada, con cachivaches por todos lados y un ambientillo muy bueno.  Ah! Y como no, el Corvintetto, toda una institución en Budapest. Nunca llegará a la altura de mi amado Jerozolima, pero reconozco que no está mal.
Hay una plazoleta (Erzsébet tér) con mucho ajetreo durante las cálidas noches húngaras. Recuerda a las noches en Valencia, con gente por todas partes bebercio en mano…  la verdad es que apetece que llegue esa temperatura en Varsovia para poder pasear por la calle sin ir castañeando los dientes ¡!

Y nada, terminamos la visita con unas insuperables vistas del río (sí, algo obsesionada con los ríos estoy) al atardecer y una noche infernal en el aeropuerto (los buses nocturnos no están muy allá en Budapest). Sinceramente, me quedé con las ganas de ver alguna exposición o mención a uno de mis fotógrafos preferidos, Kertesz. Pero nada. En Viena explotaban de lo lindo a Klimt y en Hungría, ni una mísera postal de mi querido artista!

                Ahora de nuevo estamos en Varsovia. Ya más calurosilla, con flores y solete.
La ciudad ha cambiado radicalmente: hay vidilla nocturna por la calle, gente sonriente paseando por los parques, carritos de bebés y niños correteando…
Ya contaré todos las peripecias que estamos haciendo estos días por aquí!

Adèu! 

lunes, 22 de abril de 2013

Entrada namber forti : What did you expect?...this is Sweden!


Desde luego, si alguien quería que cogiéramos un trauma a aviones y aeropuertos…lo intentó pero bien! Porque empezar el viaje con un aviso de bomba y correspondiente desalojo (hombres encapuchados y armados incluidos)  y acabarlo con un despegue fallido y olor a gasolina quemada… es un pelín, pelín, psicótico.
Pero bueno, sobrevivimos, aunque por si acaso teníamos mensajes de despedida para nuestros seres queridos (nos faltaba perfeccionar la técnica para que los encontraran intactos tras un accidente aéreo…)

Sinceramente, el viaje a Estocolmo fue como una montaña rusa: lo mismo parecía que nos había mirado un tuerto, que al minuto siguiente nos caía dinero del cielo. Sí, esto último literal…nos cayeron monedas (coronas suecas) del aire.
La temperatura, pues variadita: un poquito de lluvia y fresquete por aquí, y solazo y cielo azul por allá. Estuvo bien poder ver las dos caras de la ciudad: una más real y que se acerca más a la realidad -grisecilla y congelada- y la otra de lo más idílica -todo colorido, con sus barquitos de cuento, su mar en calma, su gente paseando de aquí allá…
Tuvimos también nuestros momentos a lo película americana…cuando a la loca de Z. (lo siento, pero con esa inicial es complicadillo mantener el anonimato!) le dieron 30 minutos para sacar todas sus cosas de casa de su anfitrión o se las echaba por la ventana. Cuando llegamos, estaba todo en la puerta… nos hubiera faltado la escena de romper platos contra la pared y ya teníamos la telenovela montada. (hay que decir en favor de Z. que el susodicho sueco reaccionó más que exageradamente…)

Pero que nadie se asuste, que excepto esa anécdota y alguna más que iré comentando, el viaje fue la mar de placentero e interesante:
De Estocolmo, yo me quedo con las vistas que hay desde cada rincón de la ciudad (que esté formada por 14 islas rodeadas por mar, ayuda) y con los atardeceres en el mar báltico.
Cada una de las islas, tiene algo particular:
Gamla Stan es el Stare miasto versión sueca, también con casitas de colores, callejuelillas estrechas, cafeterías, iglesias,… Muy bonito (aunque quitando unos cuantos turistas estaría mejor), y digno de probar allí el chocolate en el Café Chokladkoppen, de la placita Stortorget. Esa isla tiene dos islas pegaditas, con el parlamento en una y la Riddarholmskyrkan (Iglesia de Riddarholmen) en otra. En esa segunda el atardecer se ve la mar de bien.
La isla Södermalm es el paraíso de los hipsters y del postureo. Me pregunto si les pagan para ir tan, pero tan esmeradamente vestidos, paseando de arriba abajo por la calle Götgatan… Ese barrio está lleno de tiendas vintage (reconozco que me gustaron), cafeterías modernuquis, tiendas bio… Muy cool y muy ofensivamente caro todo, pero digno de ver, eso sí. En esa isla hay una pasarela muy alta, desde la que se ven unas vistas preciosas de la zona vieja (Ah, y gratis subir!).  Tiene también un puestecito muy concurrido (Nystekt Strömming al que van autóctonos también) en el que preparan Strömmingsrullar , un rollo con puré de patatas y pescadito frito.  Y sí, yo que no soy muy de comidas marineras y demás, puedo decir que estaba más que bueno!

Comimos también en Saluhall, un mercadito a lo Boquería de Barcelona, la típica bolinga de carne con puré de patatas y arándanos. Como las de Ikea, pero en grande (y supongo que sin carne de caballo infiltrada). El sitio tiene mucho encanto, y también el barrio , que es el barrio upper class de la ciudad: Östermalm. Eso sí, el agua, gratis, que son muy sanos.
Por esa zona vimos también el edificio de un antiguo banco, (el Kreditbanken) en el que hubo un atraco con rehenes y de donde viene el conocido síndrome de Estocolmo: los secuestradores acabaron invitando a su boda a los secuestrados.
Subimos a una colina, muy Moonrise Kingdom, y paseamos cerca de los barcos varados. Algunos barcos son muy hippy-pijos, con sus alfombras, sus muebles concienzudamente destartalados, sus hamacas… ¡Pero y lo chulos que son!

                Una de las curiosidades de la ciudad, es la cantidad de padres (padres hombre) jovenzuelos que van paseando por la calle empujando carritos de bebé. Latte pappas, los llaman. ¿Y por qué? Pues porque los subsidios y permisos por maternidad/paternidad en Suecia son dignos de ese nombre: ambos padres tienen un tiempo de permiso que se dividen, sin perder el puesto, hasta las 96 semanas! Además reciben  What did you expect, this is Sweden! , como decía C. cada vez que nos asombrábamos de alguna medida social/muestra de buena educación o civismo…
Pues sí, son seres superiores. Y no son tontos tampoco, ¡Menuda cantidad de carritos de gemelos…trillizos e incluso cuatrillizos! Nos preguntábamos si la gente recurre a la inseminación artificial para tener más niños y recibir más dinero…porque tal cantidad de partos múltiples, no es normal!
Pues eso, que los hijos, a tenerlos en Suecia.

                Ahora bien, miedete dan las venganzas suecas… Que entre el loco que echó a Z. y una mujer que dejó el coche al lado de otro que le había robado el sitio (para que no pudiera salir), descubrimos que lo de Millenium tiene algo de base real… (tanto frío no puede ser bueno: a los suecos les da por la venganza cruel… a los polacos por el algo menos sutil método del mamporrazo limpio… )
Y más cosas típicas de Suecia, aparte de Ikea (es cierto que aquí todos,todos,todos, los muebles son de ahí) están los Hym (puede haber perfectamente 8 o 9 en una misma calle) y los coches Volvo que tanto gustan a L.
Vimos también el edificio en el que se entregan los premios nobel, la cafetería donde se descubrió a  Greta Garbo, la Ópera de Estocolmo,  donde asesinaron al rey Gustavo III (Va, sí, para qué negarlo, anecdotuchas turisteras, pero tienen su gracia).

                Mención aparte merece nuestro episodio pardillo en el metro. Habíamos leído que las estaciones eran preciosas, con techos pintados, casi igualando la capilla Sixtina. Pues bien, confiamos en el señor C. para que buscara el top 10 de las estaciones. Ni corto ni perezoso, pues buscó Arte Moderno en estaciones de metro ….y acabamos llegando a la estación de mordor, para ver una mierda de floripondias. Me da que la chufla le perseguirá hasta el fin de sus días…
(por cierto, al final conseguimos ver dos estaciones de las-que-merecen-la-pena…se nos acabó el billete de 5 euros una hora…).

                Pero bueno, pudimos compensar con el museo Fotografiska: para mi, de lo mejor de la ciudad. Además, coincidió con una exposición retrospectiva de uno de mis fotógrafos de referencia(¡Y para quién no!), Henri Cartier-Bresson. Una delicia cada una de sus fotos y cada uno de sus instantes decisivos.  Me recordó que entre uno de mis sueños de futuro está el de ser fotorreportera y viajar por el mundo escribiendo y haciendo fotos. También me dieron ganas locas de pasar todas mis fotos al blanco y negro…
La segunda exposición, era de Ruud Van Empel: increíbles sus collages con fotos. Consigue un resultado increíble y una mezcla entre realidad y ficción.
La tercera, era de una fotógrafa sueca, Anna Clarén: estuvo bien ver fotos de paisajes suecos, muchos lagos, árboles y ambientes etéreos. Muy Amantes del Círculo Polar.

                Como fin de viaje, tomamos un cafetuelo en Kulturhuset , la principal plaza de la zona más moderna de la ciudad y para no perder la tradición, paseíllo por Drottninggatan (nos la recorrimos unas veinte veces…)

Y ya paro de dar envidia. (;
En el próximo episodio: Budapest ¡!


¡Hasta pronto!