Casi una
semanilla cumplo ya aquí, sin darme cuenta. Esto de no parar, hace que pase el
tiempo volando!
Al fin tengo mi huequecito en el mundo: tengo mi habitación, con mi internet y mi ducha y mi cocina. No tengo todavía compañera de habitación, así que estos días me voy aclimatando a mi cuarto solita. No se está mal, pero será interesante tener a otra personilla pululando por aquí. De momento el cuarto no lo tengo muy decorado, he comprado miles de cosas para poner en las paredes, para hacer dibujos y pintar letras, pero aún no me he lanzado a hacerlo. Lo que sí que tengo es una matrícula de coche polaco, no pude resistirme a mi venilla síndrome-de-diogenera, y tuve que volver atrás unos cuantos pasos para volver a cogerla. Era una gran adquisición!
Estos días también nos hemos aficionado a un hábito muy poco sano, y es el de usurpar vasos de bares para formar nuestra propia vajilla. Es un poco cutrecillo, pero de dónde sacar si no vasos de medio litro de cerveza y vasitos de chupito. Vale, sí, en el supermercado hay, pero esto tiene su componente de riesgo y transgresión que lo hace más molongui.
Descifrando un mapa en Lazienki Park |
En fin,
estos días lo estoy pasando bomba. Siempre hay algo que hacer, y alguna
curiosidad de algún país que conocer, contada por sus propios habitantes. Esta
noche mismo, una chica taiwanesa va a preparar alitas de pollo con coca-cola!
Cada conversación abre un mundo nuevo, acompañado de un precioso acento de
algún lugar del planeta. Seguimos yendo muy a menudo al bar mleczny, pero a uno
que nos queda más cerca de la universidad. Comer dos platos, pan y bebida por
2,5 euros tira mucho , mucho… Además, con lo estresada que soy yo con lo de la
comida, así puedo comer bien variado y bien cocinado todo tipo de carnes, pescados,
sopas… (definitivamente, las mejores son la de champiñones y la de tomate!)
Cuando vengáis a visitarme (sé que lo haréis) os llevaré, sin ninguna duda!
Otra cosa
recurrente aquí es el vodka. El más típico y bueno, es uno que tiene un búfalo
en la etiqueta (está en la nevera…debería ir a mirar la marca para ser más
precisa e informativa).
Ya está: Żubrówka.
Sabe dulcecito y me hace mucha gracia porque lleva una hierbecita dentro.
Pałac na
Wodzie (Palacio sobre el agua)
|
Por mi parte
me tomo mis chupitillos, pero lo que de verdad me gusta es la cerveza (piwo, la primera palabra de los Erasmus aquí).
Encontrar medio litro por un euro y algo, es indescriptible. A mí, que me
pirran las tardes en los montaditos (sobre todo con mi super amiguchi A.), esto
me parece el paraíso cervecil. Además, te la pueden servir con un sirope dulce
güenísimo!
Para salir,
por el momento hemos ido conociendo discotequillas, aunque lo que realmente,
realmente me apetece es ir a pafetos
de los que me gustan a mí, con musiquilla rockabilly, rock’n roll y algo de
jazz (esto es al parecer el paraíso del jazz…así que habrá que ponerse al día!).
Una de las
cosas buenas de esta ciudad es su transporte público, eficiente a mas no poder.
Para una valenciana acostumbrada a convivir con un transporte precario, esto es
la gloria. Autobuses en todas direcciones, tranvías, metro… Y por la noche,
autobuses nocturnos que te dejan en la puerta de casa, y en los que puedes
encontrarte parejas de abueletes a las 3.30 de la madrugada…(sigo preguntándome
qué hacen los abuelos en esta ciudad para estar siempre, siempre en los
autobuses a esas horas intempestivas. Proseguiré las indagaciones, iré
informando).
Se me quedan
algunas cosillas en el tintero, pero bueno, tiempo hay, así que ya iré contando
más cosillas y curiosidades, que con estos polacos, hay para rato!!