Últimas horillas ya en casita… y he de reconocer que ahora
me entra un poquete de congoja. Y es justo ayer me di cuenta de lo preciosa que
es también Valencia, en la que he
vivido ya 22 añetes. Con su solazo y sus casi 20 grados de temperatura, sus
terracitas, sus arrocitos con bogavante, su albufera, sus calles de la paz y
caballeros, sus barecitos…me ha vuelto a enamorar! Pero bueno, que Varsovia no se ponga celosa,
que también es increíble, aunque últimamente está un poco fría conmigo…
L'Albufera |
En fin, lo
bueno si breve dos veces bueno. De todas formas, podemos hacer un Erasmus en
Valencia el año que viene! (aunque también está Guanajuato intentando
seducirme...).
Estos días han
sido de conciertillos, cenorras, risas , cerveceos y mucho, mucho parloteo.
Muchos reencuentros y planes, muchas ganas de hablar y enseñar mi Polonia a
todo el mundo. Además con mi pisete-comuna
que tendré en febrero, todo el que quiera tiene un huequecito bajo nuestro
techo, y unas cuantas guías locuelas dispuestas a hacer buenos tours por
Varsovia.
Conciertete burjassotero |
Pero bueno,
ahora en enero un buen intensivo bibliotequero
, que también hay que hacer algún que otro examencete y estimular un poco el
cerebrillo. Si me buscáis, estaré en la sala de la biblio con el techo de
cristal (la que se parece a la sala de Harry Potter, según T. y A.) resoplando
porque no me da tiempo a abarcarlo todo…
Solete valenciano,te echaré de menos!! |
La verdad es
que parece que hayan pasado siglos, sobre todo por la intensidad emociones
vividas, pero en realidad solo he pasado dos semanitas aquí en la terreta. ¡Y
suerte que pude llegar! Y es que el sábado 22 de diciembre, siendo yo la última
de todos los varsovianos que volvíamos a casa por navidad, y cuando estaba ya
en la cola de la puerta de embarque…dijeron que el avión no salía! Después de dos o tres horas de incertidumbre y
rozando la inanición (en la mierda de duty-free del aeropuerto de Modlin –el de
los pobres, según pani A. – no hay más que vodka y algún cutre-sandwich frío) ,
nos dijeron que nos llevaban al aeropuerto de Łódź, a unos 40 km de Varsovia (casi ná), que la pista de aterrizaje
estaba rota. Pues ale, a coger las maletas y meterlas en el autobús, para
volver a sacarlas porque justo la de delante de mi había ocupado la última
plaza, subir al otro autobús. Lo que faltaba, después de 6 horacas de retraso,
fue que en una parada de 5 minutos para ir al váter, un grupo de chinos salió
en bandada a comprar comida caliente y tardamos unos 20. No tuve que saber
polaco para entender las maldiciones que les soltaban desde dentro los demás
pasajeros.
Unas 8 horas
después de lo previsto, llegué por fin a Barcelona, que es donde voy a estar en
un ratito de nuevo!
En fin,
nuevo año, nueva vida, positivismo renovado.
Deseo muchas
sonrisas a todos, que de eso se trata.
Biquiños!!
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