jueves, 10 de enero de 2013

Entrada namber tuenti six: Varsovieteando versión 2.0.


Ya estoy en mi Varsovieta querida!

Y la verdad…es que no hace tantísimo frío como esperaba!! Pero bueno, tal vez sea porque voy por la vida pertrechada con toda la artillería pesada: dos pares de guantes, botas de esquí (aguantan hasta -20º), camiseta y mallas térmicas, pasamontañas… ¡Para que no se diga que no he vuelto con la lección aprendida! No más manos quemadas por el frío, no mas piececillos insensibilizados!

El "cielo azul" de Varsovia
Y es que para esta aventura varsoviana episodio II, he decidido aprender de los errores. Errores que voy a transcribir para aquellos que no son como yo, que aprendo a golpes, y preferís que alguien os avise:

En primer lugar, todo Erasmus que se precie, debe hacerse con un utensilio esencial: auriculares inalámbricos.  Ahora que los tengo, voy hasta al baño con ellos, no digo más. Y es que si vives la desventura interesante experiencia de compartir habitación, no puedes pasar sin ellos…y menos si convives con un ser adicto a los ruiditos. Puedes escuchar musiquilla o algún programa de televisión o lo que te apetezca sin estar amarrado al ordenador y sin molestar. Ayayay he descubierto la panacea universal…

Abrigo-Nórdico, ¡indispensable!
Aquellos que tengáis en mente un Erasmus en Polonia, o en su defecto en otra ciudad-congelador, os recomiendo que descartéis la estética y apostéis por lo práctico y calentito. Que sí, que los plumíferos impermeables son de las cosas más feas que se han creado, pero abrigan que da gusto. Decathlon tiene una variedad de cosas térmicas genial: calcetines, mallas, camisetas… Te los plantas debajo de la ropa y a la calle! Lo malo es cuando entras en los sitios recalentados: No sé si pasa de forma tan exagerada en otros países, pero aquí los lugares cerrados están a temperatura de ebullición.

Otra tonterieta más: para traerse cuantas más cosas mejor sin facturar, es buena idea embutir todo lo posible en la maletilla de mano reglamentaria. Se puede ser muy cenizo y tener muy mala suerte, pero rara vez la pesan. Al venir, yo creo que la densidad de mi maleta era mayor a la del iridio (sí, esto lo he buscado en la wikipedia). Otro truquillo, que me ha enseñado doña P. es colar un bolso bajo el abrigo. Sí, es bastante burdo, pero funciona: ni la azafata más quisquillosa se dio cuenta del bolsaco que coló en sus narices.
Si ni por esas, se puede recurrir a envíos de paquetes ( y que cuelen alguna lonchilla de jamón, ya que estamos) o pedir a la gentecilla que viene de visita que haga de mula.

Puré de calabacín (me quedan tropocientos litros
en la nevera)
                Un último consejillo, es no descuidar la comida sana y casera. Aunque después de estas navidades en casita, reconozco que es imposible alcanzar el nivel-madre, se pueden hacer platillos decentes y no recurrir a precocinados plagados de conservantes. Que sí, que hay días que no apetece cocinar, pero para eso están los tuppers que se dejan preparaditos los otros días en que te sientes más maripuri. Calditos y sofritos son fáciles de hacer y quedan muy resultones. Poniendo cualquier verdura a cocer consigues puré + caldo para otro día, ¡2x1 señora! Además echando carne y garbancillos se puede hacer cocido. Y con lo que sobra, arroz al horno suavecillo! Esto último lo tengo que probar en el horno del pisete. Va a echar humo!

En fin, de momento no se me ocurre más que aconsejar. Pero puedo contar algunas de las cosillas de las que te das cuenta tras el paréntesis de vuelta a casa por navidad:

                Lo más impactante, es el aguante con el alcohol que un cuerpo de un sujeto Erasmus puede desarrollar en sólo tres meses. Increíble. Dejar a todos tus amigos doblaos sin que hayan si quiera rozado tu ritmo, es una locura.  Lo de los chupitos de vodka a mansalva hace estragos… Además, me consta que, sorprendidos por la variedad de bebidas espiritosas que hay en España (no sólo Żubrówka!), más de uno hemos hecho mezcolanzas bonitas, y hemos aguantado como campeones.
Aaayayay voy a echar de menos las tardecillas de cañitas y tapas…

Biblioteca de la UW: aquellos que vais a Humanidades abarrotado...
¡Morid de envidia!
                Otro fenómeno a tener en cuenta y del que debemos ir haciéndonos a la idea es la depresión post-erasmus. Me consta también que la mayoría de los erasmusetes que hemos vuelto por navidad, nos hemos visto envueltos en una mezcla entre morriña por echar de menos nuestra nueva vida y alegría por el reencuentro con la vida de siempre. Y es que allí se echa de menos lo de aquí , pero aquí también se añora lo de allá. En fin, tomaremos estas navidades como un recordatorio de que el Erasmus no es eterno y que debemos aprovecharlo bien, bien!  Y es que en tres mesecitos se crea una pequeña familia con la gente que te rodea. Nuevos puntos de vista, nuevas formas de ver la vida y muchas orejillas dispuestas a escuchar y ayudar. No paro de recomendarlo, pero de veras merece la pena: no sabría decir qué, pero algo cambia dentro de ti , te sorprendes y descubres facetas inesperadas.

                Volver de nuevo es también un buen momento para redescubrir la ciudad. Hoy por ejemplo, he decidido cambiar mi ruta de casa a la universidad. Si antes pasaba por delante del Tribunal Supremo, del palacio Krasiński (sede de la Biblioteca Nacional) y del palacio presidencial, ahora puedo curiosear el edificio de la Ópera Nacional, el palacio Jabłonowski y el enorme parque Saski… ¡Ah! ¡Y no me he perdido!

Y por hoy, creo que ya está.
Bueno, última cosa: coged libros de casa, que se echa mucho de menos una buena lecturilla en castellano (u otra lengua conocida) antes de dormir…y el e-book es práctico pero no es lo mismo que un buen ejemplar con sus hojas que garabatear!
Me voy a ver una peliculilla, que me lo merezco después de un día de estudio intensivo! (y los que quedan)


Pocałunki i uściski!


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