Hoy me he
sentido toda una marujilla.
Ha sido día de guardar (al menos por la mañana, que
al final siempre la lían a una…o si no se lía una misma), de colada y
quehaceres caseros.
Puede que en
casa poner una lavadora no tenga mucha complicación, pero aquí sólo hacerse
entender por el recepcionista que solo habla polaco cerrao’ tiene su
dificultad. Al final, he decidido recurrir al método pictórico cada vez que
quiero comunicarme con él. Un dibujito y no hay Babel que valga (estoy leyendo
la Biblia, ahora puedo hacer referencias cultas).
Dibujito para pedir que me abran la lavandería. |
Lo ha
entendido perfectamente, y he podido lavar mi ropa sin problemas. Las
instrucciones están en polaco, pero yo creo que todos acabamos poniendo la
lavadora sin tener ni idea de lo que hacemos, rezando por no equivocarnos al
elegir el hueco del suavizante y del detergente (al menos yo lo hacía así en
Valencia también…igual vosotros sois más responsables y leísteis las
instrucciones de la lavadora). Luego he secado todo en la secadora (musho nivé)
y lo he doblado todo perfectamente para colocarlo en el armario. No me
reconozco.
Luego he
preparado un sofrito de verduritas con kasha (es un cereal típico de europa del
este…que he decidido arriesgarme a cocinar como el cous cous…pero sin estar
realmente segura). El resultado me ha gustado, pero no ha quedado igual que el
que me enseñó L. el día anterior. Esto de cocinar siguiendo instrucciones el
polaco, es todo un riesgo diario. Viviendo al límite, si señor!
Y por la
tarde, paseíllo con las coleguis C. D. y L. de cafelillos y hablando sobre la
maternidad (ya decía yo que hoy era un día muy marujil). Hemos subido al
Palacio de la Cultura. Turistada hecha. La verdad es que las vistas son
curiosas desde ahí arriba, se distingue perfectamente la parte vieja de la
ciudad, con sus techos de color rojo y sus estrechitas callejuelas, de la parte
soviética, de líneas rectas y cuadradas. De todas formas, tampoco recomendaría subir
a quien viniera. Son 15 zlotys y no se ve nada que no pueda verse desde otro
edificio cercano. Esto último, tengo que intentarlo: igual me hago la loca y
subo a la azotea del Novotel. Lo bueno en este caso, sería que también vería el
Palacio de la Cultura, que me encanta, no como a la mayoría de polacos.
Por lo
demás, la vidilla nocturna transcurre ahora más calmadamente. Me he decantado
por la versión cultureta del mundillo Erasmus: vamos a conciertos Rockabilly,
conciertos de Jazz, salas de exposiciones y pubs bohemios. Ya iré haciendo una
lista de los mejores sitios a los que ir. He fichado también una zona cultural
de teatro/exposiciones en Praga: es una antigua fábrica de algo que ahora mismo
no recuerdo, pero queda muy chulo el contraste de edificios industriales con
graffiti de colorines.
Luego contaré
más cosas, que aquí cada segundo condensa miles de anecdotillas!
Pd. Qué
ilusión me ha hecho hablar con mi M. que sigue igual de loquilla que siempre!
(:
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