domingo, 3 de febrero de 2013

Entrada namber zertigüan: mudanzas surrealistas y leoneras comunales


Una mudanza normal y corriente no está hecha para nosotras.
Lo nuestro tenía que ser una mudanza surrealista, algo lamentable y de lo más trapisonda.  ¡Claro que sí!
Solo diré que una de las últimas imágenes del día, fue la nuestra riéndonos a carcajadas nerviosas en nuestro nuevo cuarto, un una señora mierda en el zapato, y reconociendo que para la definición de losers se inspiraron en nosotras.
Pero bueno, contaré la cosa desde el principio de los tiempos, que no tiene ni un detalle de desperdicio.
Trastetes.
(empiezo a considerar lo de mi
problema de acumular trastos)
El día 1 de febrero, quedamos con el dueño del piso para cambiarnos ya a nuestro nuevo hogar (para nuestra enorme sorpresa, fue él el que se portó de forma más eficiente). Para no romper con la tradición, a C. y M. les pilló el toro y tuvieron que empaquetar a la velocidad del rayo y poco menos que (bueno, me consta que literalmente) ir lanzando las cosas fuera de las habitaciones para que no les cobraran un día más. Por mi parte, lo dejé todo ya preparado el día anterior…aunque a la luz de los acontecimientos, más me hubiera valido meterlo todo a discreción en bolsas de basura…
En fin, después de deslomarme para dejar la habitación impoluta (son tan ratas en mi residencia deluxe, que antes de devolverte la fianza hacen una inspección minuciosa de cada rincón del cubículo) y sorprenderme de las toneladas de trastos acumulados (increíble que llegara aquí con tan solo dos maletas) me fui hacia Hera a ayudar a mis futuras compis.
Y de ahí, cual mulas de carga, nos fuimos al pisete. Después de un espectáculo digno de ver en el autobús (y unas cuantas miradas de indignación) , llegamos. El dueño se sorprendió de la cantidad ingente de trastos, pero aún más cuando le dijimos que todavía no llevábamos ni la mitad.

Ah, por cierto, inciso en el camino para agradecer de todisísimo corazón a A. y T. (o Y.) la ultraayuda que nos prestaron. En vez de pasar un día haciendo cualquier otra cosa, prefirieron venir al rescate de tres moniatas de mudanza. ¡Mil gracias! Grazie! 谢谢!

Prosigo.
Después, fuimos a mi residencia. Ya cargadas con cuatrocientasmil cajas de cartón, maletas y bolsas…¡Sorpresa! ¡Llueve a cántaros! Meses quejándonos del frío polar y la nieve…y justo tenemos que hacer la mudanza los días de deshielo y lluvias torrenciales ¡Ea!
Momento pizzero.
La distancia residencia-tranvía no es que sea espectacular, pero teniendo en cuenta que todo lo que llevábamos se desharía al mojarse, decidimos, que por qué no tomar una pizza. Pero claro, ya había devuelto llaves/tarjetas y había perdido el derecho a mi cocina…así que ni cortas ni perezosas, encargamos pizza para llevar -¿Which room? –Mhmm, no room, reception of the Zamenhofa Dorm.  ¡Y au! Pero como estamos hechas unas señoras, nos tomamos un buen jamón de bellota pata negra sentadas en los escalones. Tiradas, sí, pero con clase.
Después de la pizza…cogimos como pudimos las mil cajas…haciendo equilibrios…sorteando toda clase de peligros…hasta que   ¡¡¡PATAPUM!!!  caja desfondada, platos rotos, lluvia de spaguetti, y latas rodando por el suelo. Ea, parece que eso de las cajas de cartón en las mudanzas solo es efectivo en las películas…
Desesperadas, hicimos lo que deberíamos haber hecho desde un primer momento, en vez de dejarnos llevar por el raterismo y el bah-no-está-tan-lejos-nosotras-podemos…
Otra caja desfondada después, subimos al taxi y por una miseria nos dejó en la puerta de casa, eso sí con otra baja cajera más…
Inauguración pisil.
(comimos lenguas de pato...)
Pero bueno, aún todo mezclado, latas de maíz junto a zapatos, libros junto a explimidores y pelapatatas…pudimos aposentarlo todo en el piso.
Y entonces, cuando nos disponíamos a descansar después del día duro…la querida ponderosa en el zapato. Colofón insuperable.

Pero después de todo, ha sido uno de los días más graciosos/desesperantes/divertidos que he tenido nunca… ¡y esto no ha hecho más que empezar!
A los que me preguntáis por el pisete, sí, está un poco modo leonera ON, pero en seguida nos asentaremos definitivamente en las habitaciones que tocan. Aunque la verdad, me está gustando mucho, mucho, esto de la vida en comuna, la ropa en el ventanal, colchones en el suelo y amiguillas okupas…

En fin, besos desde un lugar libre de música folclórica, de botellas de agua y de toallas en el baño. (en realidad un poquito en el fondo, hasta lo echo de menos).

¡Seguiré informando!


pd. pani A. tu nous manqueeeeees!!!

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