Y de nuevo
unos cuantos diillas de esparcimiento varsoviano, que después de todo un mes de
no parar, ya tocaba.
Ahora que la
temperatura no es de frigorífico (ya casi he olvidado el sufrimiento polar del
invierno…qué rápido se olvida lo malo) y hace solete, es un gusto ir de acá para
allá en nuestra querida ciudad.
El 1 de
mayo, día Internacional de los Trabajadores, aprovechamos para ir al parque Łazienki, que según
D. había un picnic multitudinario y se podía entrar gratis a todos los edificios (La palabra gratis mueve
montañas incluso aquí, donde a menudo se paga alrededor de un cochino euro para
entrar a los sitios…). Y es que, además del día del trabajo, se celebraba
también la entrada de Polonia en la
Unión Europea…y eso, eso sí que mueve parné.
Finalmente, no hubo comilona gratis, como
esperábamos, pero nos regalaron un donut típico polaco, un Pączek (y nosotras más contentas que unas castañuelas) y
vimos un espectáculo de bailes regionales. Además, vimos al señor presidente de
Polonia, Bronisław Komorowski,
rodeado de sus correspondientes gorilas. A nosotras, forasteras, no es que nos
diera demasiada emoción, pero bueno, siempre tiene su gracia ver a tamaño real
a alguien que solo has visto en fotos (no es que sea una asidua lectora de
prensa polaca y lo vea siempre en las
portadas de periódicos…pero al menos hice el esfuerzo de cotillear en wikipedia
quién era el señor que manda en el país).
¡Ah! Y vimos los habituales pavos reales del
parque, pero con la cola desplegada!! Yo ya contaba con
irme sin ver tal acontecimiento, pero se ve que por ser festivo, los pavos se
pusieron rumbosos y nos regalaron ese espectáculo. Reconozco que al principio
me pareció demasiada buena suerte y no pude evitar pensar que los habían
drogado de alguna forma para que estuvieran así de espitosos,…pero no, es
básicamente efecto de la primavera.
Al salir del parque, encontronazo con un
buen grupo de nazis polacos. No
había que entender demasiado la lengua para comprender el eslogan: Praca dla Polaków w Polsce.
Vamos, que
prefirimos guardar silencio y no hablar en inglés mientras pasamos por su
lado...
La verdad, es
que los cabezas rapadas aquí en polonia son de nivel superior...si ya suelen
dar miedo, aquí los 4x4 son para salir pitando.
En fin, una vez
puestos pies en polvorosa, comimos en un
bufet judío en la calle Poznańska, una mina de restaurantes justo al
lado de casa. Se llama Tel Aviv, la
comida está requetebuena y sales con unos cuantos quilos de más con tanto
hummus y tanto falafel…
Por otro lado, estos días, empiezan también
las trágicas despedidas. No queremos
ni oír hablar de que esto se acaba…pero la realidad es que ya hay gente que se
va yendo. Mu triste, mu triste…
Celebramos la despedida del italiano Andrea
(pongo el nombre entero porque siempre me ha hecho gracia que un nombre sea
unisex, y porque es el mío, ea). Una barbacoa algo pasada por agua, pero
respetable, y una bandera polaca con firmas y dedicatorias… y a echar unas
cuantas lagrimejas. Ayayay…
Pero bueno, celebramos también el cumple de la argentino-mallorquina M. ,
a lo boda gitana, que dura varios días. Cenorra de las buenas, y como no, el
tradicional pastel de chocolate que prepara C. (sabemos de qué C. se trata si
hablamos de cocinar…) Guerra de chocolate (con algún que otro desperfecto que
todavía es visible) regalitos, velitas… Una muy buena velada.
Y el día siguiente, merienda-cena de gala en
nuestro amado Charlotte. (con tosta
de jamón serrano del güeno y todo!) y paseo hasta la fuente de colores.
Los sábados y domingos, sobre las 21.30, hay
espectáculo de luces y agua en la fuente de Nowe Miasto. La verdad, ahora que
han dejado atrás la temática del Europeo de Fútbol, tiene su gracia.
Y el domingo, hay mercadito de fotografía en ul. Batorego 10. Fui con unas
expectativas enormes, y fue una desilusión de las grandes. Cuatro camaruchas de
mierda y dos o tres carretes… No recomiendo perder el tiempo yendo. Aunque,
bueno, siempre se puede encontrar algo entre la basurilla.
¿Y qué más? Pues nada, que ya hay
florecillas por todos los parques. Ha sido una explosión primaveral de una
semana para otra… Es una lastima que ahora toque ponerse a estudiar, pero bueno
hay tiempo para salir a dar una vueltecilla entre tanta verdura.
Descubrí el otro día el Parque Mokotów, y es una pasada: tiene trozos que parece un
bosque, unos lagos enormes, césped por doquier para sentarse a leer… Creo que he encontrado mi lugar para echar las
tardes lectoras.
Otro descubrimiento, que en realidad es
antiguo, pero lo he re-descubierto, es la cantina de mi facultad. Es cierto que
en la cantina de arqueología hacen
un falafel con arroz y ensalada alucinante, pero en esta, puedes tomar sopa y
carne con patata hervida por 2,5 euros (10 PLN)
Es como un milkbar (cruz presidiendo las
mesas incluída) pero un pelín menos cutre y con gente más joven…
El fin de semana, hubo bastante actividad.
Primero, fue Juwenalia, que me
recordó mucho al ambientillo de festival del Viña Rock (al que he faltado este
año…snif…) , aunque infinitamente más light y en el recinto de la universidad. Tuvo
su gracia, estar tomando cervecilla al ritmo de rap polaco por donde
normalmente voy somnolienta a clase.
Pero lo mejor, fue ir a las tierras del
pueblerino A. y hacer una barbacoa (con salchichas de patata desaparecidas) en
el lago de Kortowo, al ladito de Olsztyn. Al parecer, es
una práctica bastante habitual en ese campus la de hacer barbacoas echados en
el césped. Nosotros aquí en Varsovia, pues nos tenemos que conformar con el río…
Pese a estar un poco pasada por agua, fue
muy agradable. Fue una lástima no llegar a tiempo para hacer kayak por el lago!
Y el domingo, bazar de Koło. Es el bazar
que antes había en la zona del Nuevo Estadio Nacional y que exiliaron ahí. Sinceramente,
a la gente le puede parecer cutre, pero a mí me parece que tiene muchísimo
encanto. Se encuentra de todo: latas para guardar máscaras de gas, insignias, abalorios,
muñecas descuartizadas… De to-do.
No hay que perder la ocasión de ir, prontito
prontito, y hacerse con unas cuantas joyas imposibles de encontrar en ningún
otro sitio…
En cuanto a comer, pues el imprescindible Zapiecek con sus pirogis
(nadie puede irse de Varsovia sin pisarlo!). Recomiendo los fritos (mejor que
los hervidos, que al final son un poco sosainas) y a poder ser con salsa de
queso. ¡ñam!
Tendré que aprender a hacerlos, porque me da
que los voy a echar muchísimo de menos…!
En fin, así han transcurrido estos días
urbanos…
Este fin de semana, estamos pensando hacer
alguna escapadilla, pero el lugar aún está por determinar. Igual alquilamos un
coche, pero pavor le tengo a perdernos por carreteras polacas con carteles
indescifrables… SI en España ya soy capaz de ir horas en dirección contraria,
ni imaginarme puedo lo que puede pasar aquí… Ja vorem
Lo que seguro, seguro haremos, será volver a
Wedel, a tomar chocolate del denso denso… y también
subir al piso 40 del hotel marriot.
El Fotoplastikon queda pendiente, y
también el museo de la prisión o el museo histórico…
Uyuyuy se va acumulando la faena y queda
poco tiempo que exprimir
¡Vamos a
ello!
Do
widzenia!
No hay comentarios:
Publicar un comentario