martes, 11 de diciembre de 2012

Entrada namber tuenti zrui: Hígados y fríos polares


Pues nada, ha llegado ya el calorcito a Varsovia…

Hasta -13 hemos llegado ya… ¡y bajando! Estamos pensando en quedarnos a vivir en el congelador, que se estará más calentito.
La verdad es que es bastante extrema la temperatura esta: las orejeras y los gorros aquí no son por moda, son por mera supervivencia. Y aún con mallas térmicas, tropocientas mangas, botas de suela aislante y demás uniforme inuit…hace un frío mortal.
El otro día, que pretendíamos pasear por la ciudad, acabamos corriendo de sitio con calefacción en sitio con calefacción para poder aguantar. Ea.
Mi parquecito
Aquí, en Varsovia, “la ciudad sin tardes” como dice la locuela de P.Pas, lo de salir a dar una vueltecilla, como que no: ahora lo suyo es quedar en una cafetería, tomar un café bien calentito y pensar en el próximo sitio al abrigo al que ir. Cafeterías, cines, teatros,…se deben forrar. 
Hablando de teatros, con las ganas me he quedado de ver El Cascanueces en el Gran Teatro de Varsovia… al parecer tiene exitazo y ya no quedan entradas. Bueno, a la próxima no se me escapa! Hay también obras de Teatro y algunas Óperas (muy cultural Varsovieta), pero ya tenía yo en mente el ballet, y tampoco voy a ir por ir! Ya el año que viene.
Por cierto, la Galería Zacheta un poco decepcionante: una escultura/montón de mierda y un vídeo sobre hippies cristaleros… y au. La exposición en el Instituto Cervantes, bastante bien…además hace mucha gracia entrar en un micro-mundo en el que puedes cotillear conversaciones ajenas…¡¡¡porque las entiendes!!! En 10 días, que vuelvo a Valencia, podré de nuevo salir a la calle y no estar aislada, y podré dejar mi cara-de-póker-no-entiendo-un-culo… La cosa es que ya le estaba cogiendo el gustillo. Además, sigo fingiendo que me entero de lo que me dicen, y la verdad es que se me da cada vez mejor…!

Bueno, aunque el otro día, por dármelas de lista y pretender entender la carta del milkbar esta vez el de Praga, al lado de la plaza Wileński (que por cierto, será una de las estaciones de la segunda línea de metro de Varsovia. De ahí las macro obras tan molestas que hacen dar una vuelta de media hora para cruzar una cochina calle…).
Acabé comiéndome a regañadientes un trozo de hígado encebollado. Mmhmmm. (horror!)
Aunque debo reconocer que al final hasta le cogí el gustillo. Y es que aquí, por mucho que intente cocinar de forma decente, estoy echando de menos hasta el arroz con bogavante (odio el marisco) y las lentejas!



Y nada, estos días mucha biblio, que durante el Erasmus también se estudia (sí…sí…). Presentaciones orales (en inglés), trabajos en los que te tienes que sacar ideas de la manga porque no hay nada de jurisprudencia polaca en inglés…  Pero bueno, si se puede hacer un trabajito y con eso te quitas la asignatura, pues bienvenido sea, yo me invento los casos y hasta los juzgo si hace falta. Vamos, que estas navidades solo tengo que estudiar dos asignaturas (para dos exámenes orales) y el resto a trabajunear (aunque esto último al final acaba agobiando….porque para lo que se suele emplear una hora en castellano, en inglés se necesitan cuatro!).

¡Ah! Otra cosa, esta semana hemos descubierto que los copos de nieve…¡¡tienen realmente la forma con la que se dibujan!! (por supuesto, Pani C. esto tenía que ponerlo sí o sí ¡!) Yo creía que era como las estrellas o los corazones, que se dibujan así por hacerlos bonitos…pero nanay! ¡Menuda pasada!
Esta foto no es mía, pero a ver si mi super-cámara me deja
hacer algo así...
Ahora no paro de mirar como tonta los copos que se quedan en mi abrigo, no me canso. Y es que, tiempo, tengo, porque de momento no me resigno a viajar en autobús, así que sigo con mi hora y media diaria de paseíllos bajo el frío polar y la nieve (que moja más de lo que parece, la traidora).

Por cierto, mis compis me regalaron el otro día una, pan árabe y la otra, chocolatillos. Dicen que porque soy mu güeña y me porto muy bien. (Menos cuando llegas tarde algunas noches….ya lo tuvieron que apostillar). En fin, pero dentro de todo, con mi compi S. me llevo cada vez mejor. En unos días, hemos cogido confianza (ya me puedo cambiar de ropa en mi cuarto ¡Aleluya!) y vemos que pese a ciertas diferencias culturales, en el fondo, en el fondo, los humanos sentimos todos lo mismo: historietas de amor y desamor, ganas de recorrer el mundo, tristezas existenciales… Algún detallete es distinto, claro, pero hay mucho en común. Me preguntaba anoche si mi futuro marido tiene que ser de alguna religión en concreto. Yo le he dicho que no, que mientras me quiera y sea bueno y tolerante, puede ser budista, musulmán o pastafariano… Ella dice que en su caso sí, debe ser musulmán y además su familia debe aceptarlo, pero que comparte totalmente mi punto de vista…

En fin, voy a ordenar un poco la habitación, a hacer una crema de champiñones (ahora que P. me ha dicho que vienen de Chernobyl, me dan un poco de miedo, pero me los tomo igual) y a kickboxear un ratete!

1 comentario:

  1. si los rusos han cultivado setas en Chernovil es porque se puede mujer, no desconfíes

    ResponderEliminar